Vicente López y San Isidro: Tras las quejas, solucionan un viejo problema de baja presión de agua

AySA contrató a un equipo de buzos entrenados para hacer los arreglos en la Estación Elevadora de Carapachay.

Las quejas por la poca presión -e, incluso, la falta de agua- solían ser frecuentes entre los vecinos de San Isidro y Vicente López. A fin de resolver este problema, AySA, la empresa proveedora del servicio, terminó una compleja obra subterránea que demandó más de tres años y tuvo que ser realizada por buzos profesionales. Los trabajos se realizaron en la Estación Elevadora de Carapachay, que no sólo da agua potable a los dos distritos sino, también, a más de un millón usuarios de otros lugares de zona Norte.

En 2007, se rompió un tramo de 200 metros de un río subterráneo -un caño de 3 metros de diámetro que corre por debajo de la calle a 30 metros de profundidad- que lleva el agua proveniente de la planta potabilizadora hacia la estación”, explica Alejandro Barrio, que está al frente de la Dirección Técnica y Desarrollo Tecnológico de la compañía. Y destaca: “Más allá de algún caso puntual, la mejora se ejecutó sin afectar a los vecinos”.

Obra. Luego de varias reparaciones provisorias, finalizó el arreglo definitivo que comenzó en 2017.

En ese momento, efectuaron una reparación provisoria para frenar el deterioro del sistema y encararon el plan para poder llevar adelante el arreglo definitivo, que por las dificultades técnicas y logísticas que presentaba, comenzó 10 años después (en 2017) y terminó hace poco más de un mes. Es que, además, sólo fue posible trabajar en los meses de invierno, cuando el consumo de agua es menor y este sector del río podía permanecer cerrado.

¿En qué consistió la obra? Para solucionar el problema fue necesario insertar una nueva tubería de alta rigidez y 2,5 metros adentro del caño original y, luego, rellenar el espacio anular que quedaba entre ambos. “Toda la tarea, además, debió completarse con el río lleno, por lo que tuvo que ser realizada por buzos profesionales, sin experiencia en este tipo de obras, que fueron especialmente capacitados -detalla el experto-.Es un caso único e innovador, no hay otro antecedente a nivel internacional de un trabajo de estas características. Estamos orgullosos”.

Debido a un posible riesgo estructural, el río no podía ser vaciado, por lo cual fue necesario hacer todo de manera subacuática. “Tuvimos que bajar una cámara a 30 metros de profundidad”, describe Barrio.

El proyecto fue ejecutado entre AySA y una empresa alemana que entrenó al equipo de buzos, les proveyó equipamiento de última tecnología y diseñó dispositivos a medida -como la máquina de inserción de tuberías-, que fue desarrollada especialmente para esta iniciativa. Entre otras cosas, también construyeron un modelo a escala para que el personal pudiera preparase en la maniobras y el tipo de tareas que debían llevar adelante .

En San Isidro, 284.733 usuarios se beneficiaron con esta obra y, en Vicente López, 267.087. La planta de Villa Adelina provee de agua potable, también, a los partidos de Tigre, San Fernando y San Martín.