Análisis político: JXC lleva a Volnovich a tribunales por dejar sin gerencia al PAMI
La diputada nacional Graciela Ocaña, ex titular del organismo entre 2004 y 2007,llevará el asunto del viaje a México de Volnovich y su pareja (segundo en la obra social), Martín Rodríguez, a la Justicia.
Ocaña los denunciará penalmente por haber viajado de forma simultánea al exterior. “Vamos a hacer la denuncia porque han incumplido con la función que tienen determinada por decreto”. El eje central de la presentación judicial, que se concretaría la semana próxima, radica en un artículo de un decreto sobre el funcionamiento del PAMI. “El artículo 3 del DNU 2/2004 dispone que el subdirector Ejecutivo del PAMI, Rodríguez, tiene como principal función reemplazar al director ejecutivo, Volnovich, en caso de ausencia o impedimento. Si se va de vacaciones con la directora ejecutiva no puede ejercer su responsabilidad primaria para la cual fue nombrado. Es decir, la función del subdirector es incompatible con tomarse vacaciones con la de la directora”. Y agrega: “No existe la posibilidad de delegar firma. En el caso de ausencia o incapacidad de ambos, el Poder Ejecutivo debe nombrar por decreto un reemplazo, aunque sea en forma transitoria”.
Además, según la dirigente de JXC, el síndico Rayen Nazareno Castro Bergamín también estaba de vacaciones, por lo que los principales cargos se hallaban vacantes. Con Volnovich y Rodríguez en el Caribe, tampoco acreditaba funciones María Alejandra Fernández Scarano, secretaria general de administración del PAMI, quien sucede a ambos en la cúpula del organismo. En tanto que, por licencia por paternidad, no se encontraba disponible Eduardo Pérez, secretario de Políticas Sanitarias del organismo, una suerte de número cuatro, aunque en su caso no tenía la firma habilitada. Ante estos faltazos, todos a la vez, la firma habría quedado en manos de Eugenio Garriga, secretario general Técnico operativo del organismo.
Ahor bien, y más allá de la causa que se le iniciará a la directora del PAMI por haberlo dejado casi acéfalo, la trama del viaje a México deja entrever otras cuestiones. La primera es que la que baja o sube el pulgar es CFK o su hijo. De hecho, en el seno del albertismo, o en su hipotética existencia, reconocieron abiertamente que es Máximo quien tendrá la última palabra sobre el destino de Volnovich. Saben que la “princesita”, así la bautizó el grupo de Cristina, es de las piezas que gozan con la inmunidad de la vice; ergo, el presidente nominal no participa de la partida. De cara a la prensa mantendrán las formas y harán circular noticias sobre la conversación que mantuvo Luana con él, y explicaciones tales como “era un paquete turístico que ya había adquirido y se le vencía”. Todas razones que Alberto comprenderá y dejará correr. Al fin y al cabo, quién no se organizó una clandestina cuando regía la cuarentena. Quién no cometió un desliz y dejó que Victoria Donda siguiera al frente del INADI luego de que se supiera que era una explotadora y usaba su cargo público para acallar reclamos. O quién acaso no bancó a un Ginés hasta lo imposible. De lo antedicho podemos sacar en claro que, aunque tuviera poder para remover funcionarios, no lo haría por el vacío de autoridad moral que pesa sobre él. De ahí, que elige el laissez faire.
En un gobierno embebido de inmoralidad, estos indicadores sobre cómo se maneja la casta política seguirán ocurriendo y harán más mella. Por estas horas, las usinas del Instituto Patria trabajan a destajo bajo la orden de ubicar dirigentes de la oposición in fraganti en el extranjero. El pensamiento que los rige es de abducidos por la líder: si nosotros somos lo peor; el resto, también debe serlo.