Análisis: ¡Tiranos temblad! (Parte 2)

El opositor Edmundo González Urrutia le suma millas a su derrotero por el continente entrevistándose con mandatarios afines con la idea de fortalecerse y culminar, mañana, asumiendo una suerte de presidencia paralela de Venezuela sin el mínimo poder territorial. A la postre, una democracia itinerante e intrascendente.
Corina Machado, su socia antichavista, hizo lo que viene haciendo: convocar una movilización ecuménica para este viernes de asunciones cruzadas. Prometió que esta vez sí saldría del bunker que la protege de Maduro y Cabello y marcharía con el pueblo.
La recta final demanda una dosis adicional de dramatismo: el sitio a la vivienda de la madre enferma de Corina y el secuestro del yerno de Urrutia. Por qué el régimen esperaría hasta esta instancia para emprenderla contra la familia de los candidatos. En rigor, ya debería haber arremetido contra ellos como lo hizo con las decenas de miles de desaparecidos. Pero no, aguardó hasta este momento, con el ojo mundial sobre Venezuela, para actuar su parte (siempre despiadada). ¿Alguien consideró la posibilidad orwelliana, con un giro, de que la dictadura haya asumido el papel de Goldstein, el enemigo público al que se le dedicaban los dos minutos de odio diarios? La contracara del experimento la vendrían a personificar los buenos: Guaidó, Urrutia, Machado, el bando de la gente, alguien con quien identificarse y alguien a quien odiar. A través de esa dialéctica la revolución bolivariana encuentra su sobrevida.
Luego de las elecciones arregladas, sin oposición y sin votantes de 2018, y el hartazgo social, que bullía violentamente, los tiranos y sus socios cubanos dieron una concesión que pagaría con creces: Juan Guaidó. Todo fue parte del plan. Entre 2019 y 2023 el ungido por la oposición parlamentaria embolsó la ilusión del mundo ignorante, estrenó el discurso pueril que hoy recitan Urrutia y Machado y gestionó infructuosamente la devolución del oro venezolano que el régimen había fugado y era retenido por el gobierno de Reino Unido. Ese fracaso le valió la revocación del mandato. En la actualidad, vive su cómodo destierro en las playas de Miami. Quién será su patrocinador.
¿Será el mismo grupo que cubre los traslados aéreos de Urrutia por América y los que aportan la tecnología más avanzada del planeta para que Corina Machado pueda vivir en un escondite inhallable?
Posiblemente.
Ahora resta el clímax y el desenlace de la obra.
Por: Esteban Fernández