Sergio Massa logró la sanción de la reforma de Ganancias que presentó para la campaña
Se revitalizó la sociedad entre el FdT y sus aliados de Unidad Federal y partidos provinciales. JxC votó en contra y pidió resarcir a las provincias. La CGT, presente.
El ministro de Economía y candidato presidencial, Sergio Massa, consiguió este jueves que el Senado sancionase su proyecto de ley para eximir del pago del impuesto a las Ganancias a empleados y jubilados, una de sus principales banderas de su campaña electoral. La sanción fue con 38 votos, uno más que la mayoría simple, que surgieron a través de un revitalizado consenso del Frente de Todos con los partidos provinciales y los cuatros exmiembros de la bancada que en febrero migraron para armar el bloque Unidad Federal, junto a Alejandra Vigo, esposa de Juan Schiaretti.
Vigo y Juntos por el Cambio jugaron en tándem, votaron en contra y reclamaron un resarcimiento a las provincias por los fondos que perderán por la merma en la recaudación del impuesto a las Ganancias, uno de los que se coparticipa con los gobernadores.
Cómo hace seis días en Diputados, la sesión fue presenciada por un nutrido contingente de sindicalistas, aunque en este caso hubo más segundas líneas que líderes. Las caras conocidas fueron Pablo Moyano (camioneros), Mario Manrique (Smata), el senador provincial Omar Plaini (canillitas) y el diputado y jefe de La Bancaria, José Palazo. Se hicieron sentir: tras la sanción, desde los palcos, cantaron la marcha peronista completa y lograron irritar a la oposición.
Cristina Fernández de Kirchner coordinó la sesión, luego de no participar del debate por los pliegos judiciales. Moyano, Manrique y Plaini pasaron por su despacho durante el debate. Massa estuvo en el Congreso desde temprano, pero prefirió no ir al recinto. Visitó a la presidenta de la Cámara de Diputados, Cecilia Moreau y también se vio con la vicepresidenta, pero prefirió no compartir con ella la foto de la votación.
La ley sancionada elimina lo que se conoce como cuarta categoría del impuesto a las Ganancias, que abarca a empleados en relación de dependencia y a jubilados, quienes sólo pagarán el impuesto si ganan hasta 15 salarios mínimos. A la fecha de presentación de proyecto, significaba $1.770.0000 brutos mensuales.
El monto se actualizará dos veces al año, con escalas de entre 27 y 35%. Se mantiene el 22% de aumento al mínimo no imponible en zonas desfavorables. El costo fiscal fue un debate fuerte en Diputados. La oficina de presupuesto del Congreso lo calculó en 0,24% del PBI, pero que escala a 0,67% si se tiene en cuenta la pérdida de las provincias, que Massa prometió compensar, pero todavía no definió como.
“No puede ser que en el Senado no podamos definir cómo compensamos a las provincias, cuando estamos para defender sus intereses. Se habla de fondos de impuestos no coparticipables, como el PAIS; o de otros con asignaciones específicas, como el del cheque. Pero no sabemos nada”, se indignó el jefe de la bancada de la UCR, Luis Naidenoff.
El gobernador electo de Chubut y senador del PRO, Ignacio Torres calculó lo que resignará con la ley $50 mil millones, “que va a impactar en muchos de los servicios que tienen los trabajadores, como es el boleto obrero”.
Su futuro colega de Río Negro, Alberto Weretilneck, apoyó la reforma. “Estamos viviendo un momento histórico, fundamentalmente desde los derechos de los trabajadores, al terminar con 87 años del impuesto que gravó los salarios de mujeres y hombres trabajadores en Argentina”.
El oficialismo defendió el concepto de que el salario no es ganancia. “Es remuneración; y la jubilación, un haber de retiro. No pueden pagar el impuesto”, señaló Ricardo Guerra, el senador del FdT encargado de defender el proyecto.
El debate, como siempre, lo cerró el jefe del bloque oficialista, José Mayans, quien logró ser vitoreado por los gremialistas. “Presentaron acá proyectos para bajar la presión impositiva y ahora éste no les gusta. ‘Gataflorismo’ puro. Se benefician a 900.000 personas. Es un pedido de la CGT para aumentar el poder adquisitivo de los trabajadores. ¡Tampoco les gusta!”, se quejó el formoseño, que una vez más repasó la crisis financiera del gobierno de Mauricio Macri.
Mayans se burló de la candidata presidencial de esa fuerza, Patricia Bullrich. “No tenemos ningún futuro con esta mujer. Le pusieron a (Carlos) Melconian, otro de los responsables de la deuda, para que no hable. Porque habla y se caen”. Logró sacar de quicio al jefe del interbloque JxC, el radical Alfredo Cornejo, que no paraba de gritar desde su banca. Cristina tuvo que pedirle que no lo interrumpiera más.