Vacunación en PBA: los claroscuros de la campaña
Con el plan de vacunación convertido en una deplorable vacunación de campaña, pese a que el oficialismo pidió públicamente que no se hiciera política con la pandemia, la inoculación contra el Covid-19 en PBA continúa envuelta en más sombras que luces.
La disparidad de vacunación entre los municipios del Gran Buenos Aires es un fenómeno que se evidencia desde el inicio de la campaña de vacunación, y hoy, cuatro meses después, sigue vigente. De los 40 partidos que componen el área, hasta el lunes pasado, los que tenían la menor proporción de su población vacunada eran La Matanza (12%), Presidente Perón (14%), Florencio Varela (15%) y José C. Paz (15%). Les seguían Tigre, Moreno, Merlo y Zárate, con el 16%. Resultados míseros para un gobernador que se jacta de haber vacunado (en primera persona) a más de una ciudad y media de Buenos Aires. Y si además tenemos en cuenta que el Estado k había prometido que para junio tendríamos 60 millones de vacunas (poseemos algo más de un tercio de esa cantidad), la infamia es completa.
En el extremo opuesto, los que más avanzaron sobre la inmunización son Vicente López (33%), General Las Heras (29%), Morón (29%) y Avellaneda (29%). Si se observan los datos de la segunda dosis, el orden varía, pero mantiene los mismos rasgos generales. A su vez, se debe tener en cuenta que la población objetivo del Plan de Vacunación de la Provincia de Buenos Aires no son todas las personas que residen en cada municipio, sino solo los mayores de 18, pero este número no está disponible en las bases de datos públicas.
Según fuentes de la cartera sanitaria bonaerense, las disparidades en la aplicación de las dosis entre municipios están relacionadas con la cantidad de personas empadronadas en cada jurisdicción. A diferencia del Gobierno nacional, el bonaerense no distribuye las unidades según la cantidad de habitantes por partido, sino que lo hace según la cantidad de inscriptos en las categorías prioritarias de vacunación. Sin embargo, las bases de datos sobre la cantidad de inscriptos en cada municipio y la cantidad de dosis distribuidas no son de acceso público.
Al analizar la vacunación de algunos municipios en detalle, se puede evidenciar que hay otras razones, además de la cantidad de inscriptos, detrás de las disparidades en la vacunación. Y esto tiene que ver con retrasos en la aplicación de las dosis. El caso más llamativo es el de La Matanza, que además de ser el partido con menor tasa de inoculación con primera (12%) y segunda dosis (3%) de todo el GBA, es el más poblado (2.327.874 de habitantes) y el que mayor cantidad de contagios y muertes por el virus registra.
A modo de justificación, fuentes del municipio contraponen que: “Sigue habiendo muchísimos inscriptos por día y es difícil llevarle el ritmo a ese incremento. De todas formas, la campaña de vacunación depende del Gobierno provincial, no del municipal. Todo está controlado por la provincia. El municipio participa, ayuda con la logística, pero no tenemos un control importante”. Tal vez, si el gobernador Kicillof utilizara los centros de salud municipales (donde anualmente se lleva a cabo todo el cronograma de vacunación) en vez de priorizar las “postas vacunatorias”: sitios improvisados donde La Cámpora inyecta a unos pocos pacientes diarios, tendría resultados acordes a lo que se esperaba de la “campaña de inmunización más importante de la historia”, como todavía repite Mariano Recalde desde la trinchera, con pocos votos, que es el FDT capitalino.
Más allá de los datos generales de vacunación por municipio, también se evidencian grandes diferencias en las coberturas de los grupos prioritarios. Vicente López, por ejemplo, es el que mayor tasa poblacional ha vacunado con la primera dosis (33%). Sin embargo, esta semana fuentes de la intendencia afirmaron que todavía falta vacunar a un 25% de los mayores de 60. Ello tiene relación, según los voceros, con el envejecimiento poblacional que caracteriza al municipio. Del total de sus residentes, el 23% es mayor de 60.
Pese a sus avances con la primera dosis, Vicente López no se destaca entre los municipios con mayor inoculación con la segunda. Hasta el lunes pasado, la provincia había completado la vacunación de no más del 7% de la población de este partido
Al observar los datos de la aplicación de la segunda dosis, también se pueden notar grandes diferencias. La población vacunada es del 3% en los más atrasados, como San Miguel, José C Paz, Merlo y La Matanza, y no supera el 13% y 12% en los municipios más avanzados, como Marcos Paz, Exaltación de la Cruz, Brandsen y General Las Heras.
En la primera etapa de la vacunación en la provincia, que el Gobierno bonaerense dio casi por terminada el 8 de mayo, se priorizó a tres grupos: personal de salud, mayores de 70 años y personas de entre 60 y 69 con comorbilidades. Ese mismo día, empezó la segunda etapa, comprendida por embarazadas y personas de entre 40 y 59 con enfermedades de base y mayores de 60.
A este ritmo, y el grado de mezquindad con el que se aplica cada inyección (no olvidemos que además tienen un stock cautivo de más de 2 millones de dosis en espera de algo). Habremos atravesado el invierno más letal de la peste con millones de argentinos sin resguardo de anticuerpos.
Menuda suerte la del que espera.
Por Esteban Fernández